noticias , Pasajero Miércoles, 20 julio 2016

6 cosas que han sucedido en este mes para que todos los hombres digamos #NiUnaMenos

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Imagen de Ni una menos Perú: Tocan a una, tocan a todas

Erick Espinal asesinó a cuchillazos a Marielena Chumbimune porque ella se resistió a ser violada por él. Por haber desfigurado el rostro de Lady Guillén (reventándole la cara a puñetazos, estrellando su cabeza repetidas veces contra la pared, arrancándole parte de la ceja con los dientes), Ronny García, su agresor, recibió cuatro años de prisión suspendida: está libre. También libre, y también condenado a prisión suspendida (por lesiones leves), está Adriano Pozo, quien luego de ahorcar a Cindy Arlette Contreras, la arrastró de los pelos por los pasillos de un hotel en Ayacucho.

Que estos hechos (tanto el asesinato de Marielena como las infames sentencias contra los agresores de Lady y Cindy) ocurrieran todos, uno tras otro, en lo que va del mes, y que estuvieran documentados con imágenes y videos, hizo que nos diéramos de cara contra la realidad: está ocurriendo, no es una exageración. Las mujeres están siempre a punto de morir: ante el agresor, ante sus propios familiares y amigos (¿qué habrás hecho?, seguro lo provocaste), ante la sociedad, y luego, finalmente, ante el sistema de justicia que debería protegerlas.

Ante la primera reacción, de indignación generalizada, las mujeres empezaron a reunirse. Crearon un grupo para organizar una serie de actividades en torno a una protesta ciudadana (que se llevará a cabo el 13 de agosto). En ese espacio, descubrieron que no estaban solas: se tienen a sí mismas, se tienen a todas.

Una mujer aprovechó el grupo para compartir una experiencia de abuso sexual. Otra hizo lo mismo, y luego otra. Y otra. Cientos de mujeres se dieron cuenta de que eso que les había pasado a ellas, cuando niñas (con un familiar o un allegado) o ya adolescentes (con parejas o aparentes amigos) era una experiencia repetida, padecida por muchas otras. Experiencias atroces que incluyen tocamientos, violaciones, golpes, humillaciones, rechazo de la familia o incredulidad de los amigos: contra niñas, adolescentes y mujeres. El lema que acompaña a #NiUnaMenos, “Tocas a una, NOS TOCAS A TODAS” refleja, entre otras cosas, ese descubrimiento: el de la experiencia compartida.

(Puedes leer aquí algunos de esos testimonios).

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Imagen tomada de Ni Una Menos

En ese grupo, de pronto, vi materializarse un concepto: la sororidad o solidaridad entre mujeres. Miles de ellas reunidas para escucharse, comunicarse entre sí, poner a disposición sus experiencias profesionales, sus habilidades y sus ganas de trabajar. Ese mecanismo de protección mutua ha echado a andar. Y no creo que se detenga.

Como vemos, los casos de Marielena, Cindy y Lady son la punta del iceberg de un problema más complejo, muchas veces camuflado por el silencio de sus víctimas, la marea de noticias o lo acostumbrados que estamos a ellas. Hagamos un ejercicio: para no ir demasiado lejos, centrémonos, otra vez, solo en los días de julio que han corrido hasta hoy: 20 en total. Tampoco es necesario que consultemos publicaciones especializadas ni escarbemos en las noticias que pasaron desapercibidas. No: basta con recordar las que tuvieron mediana o mucha relevancia, que merecieron reacciones del público y atención de los medios.

En estos veinte días, los medios han informado sobre:

1. Una carta pública

… de la actriz norteamericana Jennifer Aniston, que cuestiona los estereotipos de belleza, así como los de realización personal (matrimonio, maternidad), que se imponen a las mujeres.

2. La muerte de la modelo pakistaní Qandeel Baloch, asesinada por su hermano

El sujeto afirma haber cometido un “crimen de honor”, ya que las “sugerentes” publicaciones de su hermana en redes sociales avergonzaban a su familia. Según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, 262 mujeres han sido asesinadas a lo largo del 2016 por “crímenes de honor” (149 por mantener relaciones ilícitas y 84 por casarse con una pareja no aprobada por la familia).

Un comentario encontrado en el fanpage de un diario peruano sobre la noticia: si ya sabes que te matan, para qué provocas.

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Imagen: Facebook

3. Siete pasajeros que se bajaron de un avión

Vuelo Miami-Buenos Aires. Al enterarse de que este sería pilotado por mujeres.

4. El estreno de Cazafantasmas

Que ha reavivado la discusión originada por el hecho de que este remake sea protagonizado por mujeres. ¿Qué realmente importante cambiaría si los personajes son mujeres? Nada, pero algunos comentarios afirman que “Han arruinado la trama” (?). E insisten: “¿Se imaginan que en Kill Bill ya no sea La Novia sino El Novio?”.

5. El testimonio de la actriz Emilia Drago

… quien decide contar públicamente que ella también sufrió de abuso sexual cuando era menor de edad. Este es recibido con comentarios de aliento, pero también con imbecilidades como estas:

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Imagen: captura Facebook

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Imagen: captura Facebook

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Imagen: captura Facebook

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Imagen: captura Facebook

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Imagen: captura Facebook

6. El cumpleaños de Malala Yousafzai

En Pictoline hicieron una ilustración conmemorativa sobre ella: Malala abrió un blog a los 11 años para narrar la problemática de las niñas de su localidad en Pakistán, prohibidas de ir a la escuela por los talibanes que controlaban la zona.

Su blog cobró tanta notoriedad que en 2012 fue atacada por un grupo talibán y recibió un disparo en la cabeza. Sobrevivió y, en vez de rendirse, Malala se convirtió en activista por los derechos de las mujeres y poco tiempo después recibió el Premio Nobel de la Paz.

Hasta ahí todo bien. El problema es que los comentarios con más likes en esa publicación son estos. Es increíble, cuando no critican a una mujer que se asume feminista, la utilizan para criticar a otras, que “no son feministas de verdad” (es decir, no son perseguidas por grupos armados extremistas y no tienen una bala en la cabeza).

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Imagen: captura Facebook

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Imagen: captura Facebook

7. ¿Hay alguna relación entre estos sucesos?

¿El hecho de que algunos ocurran en otros países o en otras culturas nos impide conectarlos con lo que está ocurriendo aquí? A pesar de todas las diferencias, sí puede establecerse una conexión entre estos hechos, porque están regidos por el mismo principio: las mujeres son menos que los hombres. Menos inteligentes, menos capaces, menos valiosas, menos importantes, menos independientes, menos honestas, menos dignas, etcétera.

Sobre la base de esa diferencia se construyen y ramifican todas las taras del machismo. El machismo termina violando, mutilando y asesinando, es verdad, pero empieza antes, muchísimo antes, cuestionando los colores que te gustan, los juguetes que prefieres, la ropa que te pones, la carrera que eliges, el tipo de vida que deseas llevar, los amigos que te acompañan, todo. El machismo opina sobre tu vida, interviene en tu vida, decide en ella por ti.

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Imagen tomada de Fuego Rebelde

Por eso, lo que ha ocurrido con Marielena, Cindy y Lady, lo que está ocurriendo en este momento con miles de mujeres en nuestro país, debe ayudarnos a repensar algunas cosas, que suelen estar muy claras en el activismo feminista, pero que todavía no forman parte del sentido común:

  • Las mujeres no tienen NUNCA la culpa de los abusos sexuales que padecen, estos no pueden justificarse por la ropa que usaban las víctimas, el alcohol que habían bebido o la relación que tenían con el victimario.
  • Cuando decimos “si vuelve con quien le pega es porque le gusta” estamos anulando la posibilidad de comprender las invisibles relaciones de dependencia que pueden generarse entre víctima y victimario. Al hacerlo, abandonamos a las víctimas a su suerte.
  • El feminismo es necesario. Y no es el “machismo al revés” (basta, para combatir esa idea, con que consultemos el diccionario).
  • No existen las feminazis. Hay niveles de radicalidad, supongo, pero hasta donde yo sé ninguna mujer ha asesinado a un hombre y lo ha convertido en jabón para probar que es inferior a él. Es cierto que muchas feministas son menos tolerantes que otras con la ignorancia, los insultos y los exabruptos de quienes las critican. Quizá porque están hartas de explicar lo mismo tantas veces. Quizá porque mientras ellas han investigado y leído mucho para defenderse, los que las critican suelen hablar desde su “sentido común”, es decir, desde sus prejuicios y privilegios. Quizá.
  • El acoso callejero es otra punta de iceberg: que exista en las dimensiones que tiene en nuestro país, que sea una práctica tan aceptada (y a veces, incluso, defendida) es una evidencia de cuánto hemos normalizado la violencia contra las mujeres.
  • Las mujeres no “deben ganarse” el respeto. No tienen que llevar la vida sexual que a ti te gustaría, ni vestirse de acuerdo a tus códigos morales para que merezcan tu respeto. Pueden vestirse como quieran y tirar con quien les dé la gana. Las respetas y punto.
  • Las mujeres no quieren que te ofrezcas a agarrar a puñetes a los agresores. No quieren un macho protector en ti: necesitan un aliado. Un aliado, ojo, no un líder: en esta lucha, los hombres estamos jugamos un importante rol fuera de la foto, en segundo plano: nuestra labor consiste en escuchar, aprender, acompañar y poner el hombro. Mucho nos ayudaría, en nuestro trabajo, en nuestra casa y en nuestra vida, aprender a ser dirigidos por mujeres.
  • Ni el matrimonio ni la maternidad deben ser impuestos como modelos de realización personal. Si aspiras a ellos, muy bien: esperamos todos que tengas mucha suerte y seas muy feliz. Deja que cada mujer escoja cómo desea serlo.
  • Para decir #NiUnaMenos, empecemos por cuestionar nuestro papel en una sociedad que permite la condena, las violaciones y los asesinatos de mujeres. Empecemos por nosotros: ¿qué hacemos para evitarlo? El silencio y la indiferencia nos alejan de las víctimas y nos acercan a los victimarios.  No seamos cómplices.