Pasajero Jueves, 22 noviembre 2018

Biblioteca Básica Feminista. Día 3: Lentes morados

Hace un par de días, abrimos esta Biblioteca con títulos de divulgación que nos permitieran comprender las nociones básicas del feminismo y nos ayudaran a responder (o formular) diversas preguntas: ¿Qué es el feminismo? ¿Es lo mismo que el machismo pero al revés? ¿Por qué parece estar tan de moda? ¿Podemos ser feministas sin saber que lo somos? ¿Podemos ser machistas sin saberlo? Si los postulados del feminismo parecen responder al sentido común más elemental, ¿por qué llevarlos a cabo resulta tan revolucionario y genera tantas reacciones adversas?

Luego, ya más o menos orientados, nos adentramos en las teorías que sustentan el feminismo. Allí descubrimos que este es mucho más que una intuición. No se trata solo de conseguir derechos (al voto, la participación política, la formación académica superior, la igualdad salarial), sino de explorar qué mecanismos han permitido, promovido y justificado la postergación de esos derechos. Las investigadoras feministas fueron descubriendo que dichos mecanismos están cuidadosamente engranados y forman parte de un sistema que abarca no solo la violencia física o sexual (cada vez hay menos gente dispuesta a defenderlas abiertamente), sino que incluso se ha insertado en nuestra forma de ver la realidad. ¿Y si ese es el problema? ¿Si todo este tiempo, y sin que lo supiéramos, nuestra forma de ver la realidad contribuía a estas desigualdades?

Cuando llegamos a ese punto, es momento de ponernos los lentes morados. Ponerse las gafas violetas es una expresión utilizada por la escritora catalana Gemma Lienas para referirse al acto de leer la realidad desde una nueva perspectiva. Si incorporamos en nosotros el enfoque de género, ¿notaremos algo distinto?

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Diseño de la gráfica: Gabriela Koc

Sí, todo será distinto. A partir de aquí, empezaremos a cuestionar todo cuanto consideramos normal, tradicional, natural o lógico. Nuestras conductas y conocimientos, la formación intelectual y la educación sentimental que recibimos, así como nuestros deseos y temores, todo pasará por el tamiz de los lentes morados. Pongamos un ejemplo común: cuando llegan las navidades, las feministas suelen advertirse mutuamente, un poco en broma y un poco en serio, que se acerca uno de los eventos familiares más incómodos: la cena de Noche Buena. Allí probablemente encontrarán, después de mucho tiempo, a esos parientes que representan la vida anterior a los lentes morados. Todos conocemos a esos parientes y podemos identificarlos fácilmente: son aquellos que sin ningún reparo, incluso con aparente cariño, comentan, sentencian y juzgan la vida de los demás, especialmente si son mujeres, y muy especialmente si son las mujeres jóvenes de la familia: estás gorda, los tatuajes se ven feos en una mujer, por qué te vistes así, cuándo te vas a casar, cómo vas a convivir sin haberte casado, esa carrera es para hombres, para cuándo los niños, etcétera, etcétera, etcétera. Suele asumirse que son ellas, las mujeres, quienes arruinan la Navidad con sus respuestas duras, sus malas caras o sus desplantes. De pronto nos estamos equivocando, ¿no? También es una posibilidad que ellas ya hayan entendido que nadie tiene por qué intervenir en sus vidas, juzgar sus decisiones, opinar sobre sus cuerpos, darles consejos que no han pedido, subestimar sus ambiciones o menospreciar sus puntos de vista, y que además no hay ninguna razón que justifique soportar un evento que las exponga a todo eso, por muy tradicional que sea. Si la Navidad va a seguir siendo para ellas lo que hasta ahora ha sido, entonces arruinarla quizás no sea un proyecto tan disparatado. Los lentes morados no solo cambian nuestra forma de ver la realidad: al hacerlo, nosotros también cambiamos.

Extrapolando esa situación, la academia también se ha puesto los lentes morados. Al ejercicio de revisar cualquier actividad humana desde el feminismo se le conoce como feminismo aplicado. Las investigadoras han aplicado el feminismo a las ciencias naturales y las sociales, y también a la música, la literatura, el cine y las artes en general; al deporte, la economía, los espectáculos, la política, etcétera. Y han descubierto no solo las estructuras de poder que mencionamos arriba, sino también el conjunto de sesgos, presupuestos errados, mentiras y mitos que sostienen buena parte de esos campos del saber y que han servido para validar la desigualdad entre hombres y mujeres. ¿Por qué no arruinar también esas fiestas?

Los diez libros que nuestras colaboradoras reseñan hoy son solo una pequeña muestra de la vasta bibliografía del feminismo aplicado. La Librería Communitas ofrece otros títulos sobre la materia que también sirven para entender la economía, la política y la historia desde el feminismo (puedes encontrar la lista completa aquí).  Recuerda que todos los títulos de la Biblioteca Básica Feminista que se encuentren en el catálogo de la Librería Communitas (alrededor de medio centenar) se venderán con 15% de descuento. La oferta empezó el martes 20 y va hasta el domingo 25 de noviembre.

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Una habitación propia de Virginia Woolf 

Escribe Fátima Valdivia*

¿Cómo comenzar a reflexionar sobre tus propios privilegios? A veces, por difícil que parezca, no es tan fácil nombrarse a una misma desde ellos. Quizás este libro de Virginia Woolf pueda ser un buen primer paso; es un libro que tiene más preguntas que respuestas. En una reflexión que inicia sobre las madres y abuelas, y que engarza con lo que sucede en su actualidad, Virginia va desenredando una pregunta central: ¿Qué condiciones materiales fueron necesarias para que la generación de nuestras madres y abuelas no pudiera tener libertad intelectual? ¿Cuántos libros hay escritos anualmente por mujeres? ¿Por qué la voz preponderante para hablar sobre las mujeres es masculina?

Un buen día, Virginia recibe una herencia que le permite dejar de preocuparse por trabajar: «Realmente, la herencia de mi tía me hizo ver el cielo al descubierto y sustituyó la grande e imponente imagen de un caballero que M me recomendaba que adorara eternamente, por una visión del cielo abierto». ¿Qué hubiera pasado con las mujeres con talento para la escritura, por ejemplo, en el siglo XIV, en el siglo XV, en el siglo XVI? ¿Qué condiciones y circunstancias materiales son necesarias para la creación? ¿Qué es un cuarto propio? Una habitación propia, tranquila, con la menor interrupción posible, un lugar seguro, un momento de pensamiento y reflexión, espacio para la libertad intelectual, y para la libertad de escribir lo que quiera, escribiendo y describiendo a las mujeres desde un punto de vista que no se base en la relación con hombres. La revolución, según Woolf, consiste en las mujeres —sobre todo de clase media— sentándose a escribir y crear.

*Fátima Valdivia es feminista, antropóloga y abortera. Desde hace diez años forma parte del proyecto Línea Aborto Información Segura. Co-editora, junto con Martín Jaime, del libro Mujeres, aborto y religión: Debates sobre subjetividad, políticas sexuales y campo religioso (en preparación)

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Antropología y feminismo de Henrietta L. Moore 

Escribe Mayra Miranda Acosta*

Este es un libro escrito por Henrietta L. Moore, reconocida antropóloga social británica, quien se destaca por sus aportes a los estudios de género y a la teoría antropológica feminista. Aquí Moore ofrece un análisis de la situación de la mujer de distintas culturas, basado en una revisión bibliográfica extensa y especializada, con la intención de exponer la relevancia de la crítica con enfoque feminista en el desarrollo de la Antropología, como medida necesaria para comprender los fenómenos sociales que han sido siempre observados desde la mirada masculina y el marco conceptual de teorías occidentalistas. Sin duda, leer este libro estimula la reflexión crítica de los estudios antropológicos y de otras ciencias sociales como herramientas de aproximación y comprensión de fenómenos sociales de manera más amplia y justa.

Moore organiza los tópicos en 6 partes: Antropología y feminismo: historia de una relación; Género y estatus: la situación de la mujer; Parentesco, trabajo y hogar: comprender la labor de la mujer; Parentesco, trabajo y hogar: cambios en la vida de la mujer; La mujer y el Estado; y Antropología feminista: nuevas aportaciones. En estos capítulos expone sus ideas centrales que giran en torno al cuestionamiento del tratamiento de la mujer en distintos ámbitos de la vida social por la antropología. El primer capítulo es uno de los que más me gusta y considero que en este la autora ofrece una idea y posición básicas desde las cuales estudiar la realidad: la crítica del androcentrismo en los estudios etnográficos, generados no solo por los autores de las etnografías, sino por el uso de modelos masculinos occidentales como fórmula explicativa de todos los contextos culturales. Asimismo, la autora explica con claridad la relación entre la mujer y los diferentes modelos de Estado. Se dedica a comprobar las dinámicas de poder y sujeción de la vida de la mujer, como su reproducción sexual, el matrimonio, el trabajo doméstico y asalariado, la familia nuclear, entre otros. Pienso que, para quienes estén interesados en empezar a estudiar a la mujer en la sociedad desde una perspectiva antropológica o etnográfica, la lectura de Moore es un buen primer paso para dar inicio a investigaciones sociales con propósitos de igualdad.

*Mayra Miranda Acosta es lingüista de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Tiene una especialización en Antropología y es voluntaria en el Movimiento Manuela Ramos.  

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Feminismo inmodificado de Catharine Mackinnon

Escribe Fabiola Maza*

Mi paso por la Facultad de Derecho puede resumirse en leer varios «soles» de material bibliográfico escrito, en su gran mayoría, por hombres. Tampoco había mucho «enfoque de género» en mis clases, incluso en aquellas en donde debatíamos sobre conceptos tan abstractos y complejos como el de «igualdad». Es curioso que incluso para debatir distintas teorías jurídicas de la igualdad, mis referentes (y profesores) eran académicos hombres, y en su mayoría liberales.

Por mucho tiempo creí que el derecho nos imaginaba en neutro en cuestión de sexo o género, así que, como buena estudiante y apasionada del derecho, iba por el mundo defendiendo un sistema idealista (y patriarcal). Nunca me había cuestionado el derecho a la igualdad desde una perspectiva de género, por lo que luego de un par de libros y algunas sentencias relevantes, la historia se veía bonita… Hasta que conocí a Catharine MacKinnon. Ese día, como nos pasa a muchas durante este camino de aprendizaje infinito del que trata el feminismo, el mundo que yo conocía se destruyó.

Feminismo inmodificado es un libro que recomiendo no solo a quienes estudian derecho, sino a todas las personas que tienen interés en mirar el derecho desde una visión crítica y feminista. El libro es un conjunto de discursos de Catharine MacKinnon en donde hace y deshace distintos derechos, mostrando su realidad patriarcal y muchas veces paternalista, que se resume en un sistema en donde «las mujeres somos medidas según nuestra correspondencia con el hombre» y donde «nuestra igualdad se juzga de acuerdo con nuestra proximidad con esta medida».

Lo más interesante del libro es que además de las lúcidas críticas, MacKinnon analiza distintos temas concretos y conocidamente controvertidos en el derecho, como el aborto, el imperio de Playboy y la pornografía, el acoso sexual, entre otros. Muchos de estos temas continúan debatiéndose hasta el día de hoy, por lo que la perspectiva y crítica que plantea MacKinnon permanecen aún vigentes. Y es que, pese a que estamos en el 2018, seguimos debatiendo sobre derechos tan elementales como el de la libertad de elección.

*Fabiola Maza es abogada y, por encima de eso, feminista.

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Esta puente, mi espalda de Cherríe Moraga y Gloria Anzaldua (editoras)

Escribe Mary Volmer*

Traducción de Lis Arévalo

Qué revelación fue leer Este puente, mi espalda. Editado por Cherríe Moraga y Gloria Anzaldua, esta colección escrita por «Mujeres Radicales de Color» rompió la manicurada caparazón del feminismo blanco, revelando sus entrañas racistas y homófobas. Publicado en 1981, el libro desafió los llamados a la solidaridad de las feministas blancas, poniéndolos en contraste con un modelo de feminismo que abrazaba la interseccionalidad y reconocía las múltiples identidades que existen dentro de cada mujer y dentro de cada comunidad. Ofreció así plataforma a una poderosa panoplia de voces y experiencias relegadas a la periferia del movimiento.

Organizado libremente por temas, el libro combina poesía, memorias, epístolas y ensayos. Ningún género o voz se apodera de la autoridad, pero Moraga y Anzaldua destacan como las inteligencias rectoras y el apasionado centro del libro. Me lo encontré por primera vez en el pregrado y me desafió a mí, una muchacha hetero, blanca, encerrada en el privilegio de la clase media, a reconocer mi complicidad inconsciente en la opresión de mis hermanas. También me permitió abrazar mi propia identidad artística reprimida y reconocer que mi «ser» tampoco era singular en realidad, sino una multiplicidad.

*Mary Volmer, profesora y escritora estadounidense, es autora de Crown of Dust y Reliance, Illinois. Pueden visitar su página web aquí

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Poses de fin de siglo de Sylvia Molloy

Escribe Judith Paredes Morales*

Sylvia Molloy en Poses de fin de siglo: Desbordes del género en la modernidad (2012) nos propone una resignificación de la «pose» ya no como algo falso y efímero sino como una marca contundente en la política cultural de Hispanoamérica de fines del siglo XIX. Si bien la escritora y ensayista argentina concentra su estudio en textos de fines del siglo XIX e inicios del XX, se puede notar la importancia que tiene este concepto para entender textos anteriores y posteriores a esos siglos, ya que la pose se muestra como un gesto político y con una capacidad desestabilizadora no vista antes. Molloy ejemplifica esta idea de pose con la postura de Oscar Wilde, quien mostraba un histrionismo y amaneramiento que ponía en jaque a la mirada masculina. La pose del escritor de origen irlandés (primero aparentar y luego ser homosexual) despertaba en nuestros modernistas (Martí y Darío) un discurso homofóbico. De ahí que la pose para Molloy signifique una capacidad para problematizar el género, cuestionar la heterosexualidad y proponer nuevas formas de identidad y reconocimiento de un deseo vedado.

*Judith Paredes Morales es docente de la Universidad Nacional Federico Villarreal y autora del libro Sucesos de escritura: cuerpo y representación homoerótica en la narrativa de Mario Bellatin (2013).

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¿Qué hacen las niñas? de Nikolaus Heidelbach

Escribe Irina Burgos*

Amaya toma su merienda, Bartola va de paseo, Cornelia prepara una trampa muy dulce… Así empieza este libro álbum que, a manera de abecedario, enumera un conjunto de situaciones cotidianas protagonizadas por niñas que se tornan complejas por las sugerentes ilustraciones que nos instalan en el terreno de lo extraño y lo no dicho. Así, en la oración Cornelia prepara una trampa, aparece un camino de caramelos en el pasillo de una habitación donde, al final de la misma, Cornelia está a la espera con un bastón en la mano.

Esta escena contrasta cuando, con la letra L, el narrador dice: Leoncia participa en una carrera y la ilustración descubre a Leoncia al volante, embarcada en una caja de cartón junto a dos cómplices que se suman al juego del «como si».

Entonces, ¿qué hacen las niñas? Pues, juegan, preparan trampas, se «casan» en secreto, se separan de sus mascotas y experimentan la insania, la libertad, el egoísmo, los sueños, la tristeza; en escenarios que subvierten los convencionalismos sobre la infancia y la feminidad; de paso, podemos admitir que quizá la literatura infantil tiene más que decir a los adultos que a los niños.

*Irina Burgos es especialista en literatura infantil y juvenil. Organiza eventos académicos relacionados con el estudio de la LIJ. Cree en la belleza.

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Testosterona Rex de Cordelia Fine

Escribe Alexandra Hernández Muro*

¿Sabías que es falso que los cerebros se puedan dividir en cerebros de hombres y cerebros de mujeres? ¿Sabías que la testosterona no determina ni la orientación sexual ni la preferencia por cierto tipo de juguetes o la elección de la profesión? Para algunas feministas esto es obvio, pero en muchos espacios se siguen utilizando explicaciones biologistas para sustentar las diferencias en el comportamiento de hombres y mujeres.

Este es el último libro de Cordelia Fine, una neuropsicóloga experimental que, con un sentido del humor bastante ácido, critica fuertemente estudios de larga data que sirven de base de lo que llama «neurosexismo», o el sexismo fundamentado en las neurociencias. El boom de estos estudios enmascara la precariedad de sus metodologías de investigación y el sesgo de los propios investigadores (una pista: casi siempre hombres).

La testosterona es la excusa perfecta para las masculinidades tóxicas y los supuestos logros masculinos, pero esta idea proviene de estudios aceptados a cabalidad y sin cuestionamiento. Fine propone que esto es falso de la mano de cientos de referencias, estudios novedosos y mucha crítica. Las feministas nos metemos también con las ciencias. Si, como a mí, te interesa desenmascarar falsos feministas científicos y progres antifeministas que se apoyan en una ciencia mal entendida, este es el libro para ti.

*Alexandra Hernández Muro es neuropsicóloga feminista, investigadora y activista LGBTI en Más Igualdad Perú (aquí está su página web; su fanpage, aquí)

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Pistas para narrar historias con enfoque de género de Consejo de Redacción

Escribe Fiorella Ramos*

Pistas para narrar historias con enfoque de género desde los derechos de las mujeres es una guía práctica para empezar a preguntarnos «¿Cómo estamos contando las historias donde las mujeres son protagonistas?». El libro no nos da una fórmula secreta, sino que nos ayuda a ejercitar el criterio para entender cómo a veces el periodismo contribuye a normalizar, romantizar e incluso reproducir violencia de género. A través de ejemplos reales se revisa la redacción de noticias cuando hablamos de feminicidio, trabajo sexual, mujeres lesbianas y —por tratarse de un libro colombiano— los procesos de paz. Este libro, aunque está destinado para periodistas, también es muy útil para que cualquiera que no lo sea comience a leer las noticias con los lentes morados y, más importante aún, alce la voz para sugerir correcciones. Así por ejemplo, sugiero seguir en redes sociales a La Correctora y para una lectura del escenario nacional, a la página de la Colectiva Feminista Barrial Ruray, que ha iniciado su sección #CorrectoraRuray en donde corrigen titulares machistas.

Este libro de la organización colombiana Consejo de Redacción está disponible gratuitamente en línea. Pueden descargarlo aquí.

*Fiorella Ramos es comunicadora, trabaja en el sector de desarrollo en proyectos de empoderamiento a mujeres, y además forma parte de la Colectiva Barrial Ruray, que activa en el distrito de SMP.

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Alicia ya no de Teresa de Lauretis

Escribe Mónica Delgado*

Desde los estudios de la crítica cinematográfica, este libro de Teresa de Laureti, Alicia ya no, de 1984, es capital porque marcó, como los textos de la indispensable Laura Mulvey, el análisis exhaustivo para desmantelar desde la semiótica las formas y sentidos que gobernaron el cine por casi un siglo. En un pasaje, Lauretis cita a Mikhail Bakhtin, que señala que el lenguaje está «poblado —superpoblado— de las intenciones de los otros». Y esta frase es un punto de partida que asocia a la figura del personaje de Alicia creado por Lewis Carroll en su famoso relato, pero para indagar en las transacciones cotidianas, y antiguas, como señalara Anthony Wilden donde «aquel que defina el código y el contexto, tiene el control…». Lauretis propone en este libro un desplazamiento no solo de las corrientes para desarticular algunos paradigmas propios de Hollywood y su sistema androcéntrico, sino para discutir con la mediación de los códigos que hacen posibles tanto la representación como la auto representación de las mujeres. Lauretis sostiene que «la mujer» es una construcción ficticia, «un destilado de los discursos, diversos pero coherentes, que dominan en las culturas occidentales, que funciona a la vez como su punto de fuga y su peculiar condición de existencia».

Este libro reúne un grupo de ensayos que no solo describen y aportan nuevas lecturas sobre films (como el que hace al film experimental Presents de Michael Snow) sino que también critica un fenómeno muy vigente, el de las fórmulas que hacen predominar imágenes «positivas» de mujer como «muestra de la legitimación social de cierto tipo de discurso feminista y de la consiguiente viabilidad de su explotación ideológica y comercial (ténganse en cuenta la reciente cosecha de peliculas del tipo de La mujer del teniente francés, Tess, Gloria, Cómo matar a su jefe, Ricas y famosas, Personal Best, Tootsie, etc.). Mientras tanto, la teoría feminista del cine ha ido más allá de la simple oposición de imágenes positivas y negativas, y ha desplazado los términos mismos de la oposición mediante una sostenida atención crítica al funcionamiento oculto del aparato» (en este caso, la industria o el modo de producción patriarcal que lo produce). Un libro vigente e indispensable.

*Mónica Delgado es crítica de cine, comunicadora social, directora de Desistfilm, y miembro del Círculo de Crítica y Estudios Cinematográficos del Perú.

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Placer visual y cine narrativo de Laura Mulvey

Escribe Tania Torres Oyarce*

Laura Mulvey es una teórica cinematográfica feminista. En su ensayo, Mulvey utiliza la teoría psicoanalítica como herramienta para dejar en claro cómo el aparato cinematrográfico está estructurado bajo un sistema patriarcal. Utiliza algunos conceptos importantes en Freud y Lacan para analizar cómo el cine clásico de Hollywood posiciona a la mujer de tal manera que siempre es el hombre quien la observa.

Uno de los términos que utiliza Mulvey es el de la escopofilia. Freud define la escopofilia (que literalmente significa el placer del mirar) con respecto a la satisfacción del deseo por medio de los ojos. El deseo es determinado por un objeto, que se convierte en el elemento en el que el observador se centra —es un objeto de mirada. Este objeto, como señala Mulvey, es una persona cosificada, en este caso, una mujer. El observador, un hombre, desea mirar a la mujer cosificada dentro de su intimidad; como menciona Freud, es un observador curioso, incluso intrusivo. De manera específica, Mulvey menciona que estos roles están cargados sexualmente: la mujer se vuelve el objeto en el que la mirada masculina recae.

A pesar de que Mulvey escribió este ensayo en 1975 y se basó en el cine hollywoodense, hoy en día sigue siendo importante, porque la estructura patriarcal en el cine se sigue repitiendo, no solamente en Estados Unidos. Es decir, se sigue reproduciendo a las mujeres como objetos de deseo que hay que observar, incluso, en contra de su voluntad.

*Tania Torres Oyarce es estudiante de doctorado en Literatura Hispánica en la Universidad de Illinois en Chicago. Trabaja violencia política en Perú y la representación de las mujeres en distintas manifestaciones culturales.

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BIBLIOTECA BÁSICA FEMINISTA

*Iniciativa de Librería Communitas (Av. 2 de Mayo Nº 1684-90, San Isidro, Lima) Utero.pe

Todos los post de la Biblioteca se encuentran aquí

EQUIPO

*Coordinación general: Lis Arévalo y Miguel Flores-Montúfar

*Todas las gráficas de la Biblioteca Básica Feminista fueron diseñadas por Gabriela Koc.

AGRADECIMIENTOS 

*Nuestro agradecimiento a todas las colaboradoras que aportaron títulos y escribieron las presentaciones para la Biblioteca.

*Queremos agradecer especialmente a Alexandra Hernández Muro y a Kathy Subirana por ayudarnos a contactar con varias de las colaboradoras.

*Mañana: Día 4. Mujeres y feminismos en el Perú