Pasajero Miércoles, 18 enero 2017

Idea de negocio para Netflix: series inspiradas en literatura latinoamericana

*El texto NO contiene spoilers sobre ninguna de las obras mencionadas. Lee nomás.

Algo que pasa con las adaptaciones cinematográficas de libros es que, muchas veces, estas terminan siendo versiones apretadas e incompletas de una historia que, originalmente, era mucho más rica y amplia.

En ese sentido, creo que nos estamos demorando en darnos cuenta de que las series son un espacio audiovisual bastante más adecuado para las dimensiones de la literatura. Piensen, por ejemplo, en la Canción de hielo y fuego, la monumental saga de George R.R. Martin que HBO adapta con tanto éxito (Game of Thrones).

thebestofnetflix.

Y ahora piensen en algo que prometía mucho y no salió bien al ser llevado al cine. Piensen, por ejemplo, en La fiesta del Chivo, una de las obras maestras de Vargas Llosa. Cuando leí la novela, me dio la impresión de que estaba escrita para ser llevada al cine. No solo por su notable espíritu de thriller, sino porque (sobre todo desde la mitad del libro en adelante) la narración sigue a los personajes como si fuera una cámara, lo que favorece la perspectiva múltiple: el mismo hecho contado desde el punto de vista de cada uno de los involucrados.

No ocurrió nada de eso. La versión cinematográfica de La fiesta del Chivo, a cargo de Lucho Llosa, me decepcionó mucho. No sé si es tan mala como me pareció, pero creo que tiene que ver con que, como dije arriba, yo tenía demasiadas expectativas.

Si en vez de una película, la adaptación se hacía en una serie, el resultado hubiera sido mucho más fiel a la novela. Una temporada de diez o quince capítulos de La fiesta del Chivo hubiera podido recrear el libro recogiendo su tono policial y su técnica narrativa. Y hubiera sido un éxito, sin duda.

Y si tensamos el arco, no es la única obra latinoamericana que, adaptada al lenguaje audiovisual, explotaría sus posibilidades. Como este post es solo el bosquejo de una idea, voy a mencionar obras canónicas, clásicos que leímos o de los que escuchamos hablar en el colegio, y que podrían abrir el camino hacia propuestas más contemporáneas o experimentales.

Inicialmente, se me había ocurrido que podía hacerse varias series, una por cada autor (lo que no existe no tiene límites). Pero, si nos ajustamos un poquito, podría ser una sola serie, con una temporada por autor.

¿Cómo se llamaría?

No imagino ningún título que encierre la idea sin sonar aburrido, como el nombre de un curso universitario. Si el título es más bien simbólico, podría ser un homenaje a cualquiera de los lugares inventados por los creadores latinoamericanos. Macondo, por ejemplo, o Comala o Santa  María.

No importa. Supongamos que se llame SE HABLA ESPAÑOL, como el eslogan-protesta de los latinos radicados en Estados Unidos.

La serie, como decía, se dividiría por autores. En el caso de los novelistas, se escogería una obra por temporada. En el caso de los cuentistas, una antología de relatos. Vamos a ver.

Temporada 1: La fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa

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Estoy convencido de que varias novelas de Vargas Llosa, convertidas en series (con un buen presupuesto para su realización), serían un éxito tremendo. Piensen nomás en las posibilidades de Pantaleón y las visitadoras, La tía Julia y el escribidor o La guerra del fin del mundo (y si me apuran, yo volvería a hacer La ciudad y los perros, recogiendo todo lo que la versión de Francisco Lombardi tuvo que omitir). Sin embargo, debo escoger solamente una, así que me quedo con la ya mencionada. Hecha serie, La fiesta del Chivo sería una combinación de thriller policial, película de Nolan y Volver al futuro II, o así me la imagino.

Temporada 2: Artificios, de Jorge Luis Borges

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Ficciones (1944), libro central en la cuentística de Borges, tiene un apartado que se llama Artificios. Allí están los cuentos que, me parece, podrían convertirse en hermosos episodios para una serie. Hay de todo: especulaciones que serían como un Black mirror sin tecnología: Funes el memorioso y El milagro secreto (podría agregarse El inmortal, de su libro siguiente, El aleph); también hay policiales como La muerte y la brújula y thrillers literarios como Tres versiones de Judas y el Tema del traidor y del héroe.

Aunque podríamos agregar más historias de Artificios, como La forma de la espada y El sur, yo preferiría que vayamos a las síntesis biográficas de su primer libro de cuentos, Historia universal de la infamia (1935). Podría cerrarse la temporada con tres relatos perfectos de ese libro: El impostor inverosímil Tom Castro, El incivil maestro de ceremonias Kotsuké no Suké, y La viuda Ching, pirata. 

Temporada 3: La cándida Eréndira, de Gabriel García Márquez

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Yo sé que las opciones obvias son Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera (sobre todo esta última, luego del maltrato que sufrió en su versión cinematográfica). Sin embargo, como en el caso de Borges, yo prefiero que la temporada sirva para presentar el universo del autor. Y en el caso de Gabo, una forma de hacerlo sería tomar los cuentos de La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada (1972).

Con ellos se podría presentar los elementos del realismo mágico que propone García Márquez. Pienso especialmente en Un señor muy viejo con unas alas enormes, El mar del tiempo perdido, El ahogado más hermoso del mundo, Blacamán el bueno vendedor de milagros y en un capítulo final, doble, para el cuento que da nombre al libro.

Temporada 4: Bestiario, de Julio Cortázar

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En el caso de Cortázar, sus cuentos fantásticos me gustan tanto como los realistas, y creo que en ambos casos hay ejemplares que pueden ser perfectamente adaptados al lenguaje audiovisual. El nombre de la temporada es solo referencial, los cuentos de ese y otros libros de Cortázar serán recogidos.

Podríamos intercalar cuentos fantásticos y realistas. Tienen que estar, de los primeros, Continuidad de los parques, Las ménades, La noche boca arriba, Casa tomada y Axolotl. De los segundos, La salud de los enfermos, La autopista del sur, Cambio de luces y podríamos cerrar con un capítulo doble de El perseguidor.

Temporada 5: Pedro Páramo, de Juan Rulfo

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No he visto la versión cinematográfica de Pedro Páramo, hecha en 1967, pero no importa: igual hay que hacerle una serie. Tanto por el ambiente construido como por la propuesta narrativa, esta novela perfecta convertiría al espectador en un lector, alguien que debe mantener la atención en la historia para no perderse, atando los cabos que se le presentan, mientras encuentra en ese pueblo imaginario, Comala, una serie de referencias al México actual, y a toda América Latina, ya que estamos.

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Por supuesto, entre los entendidos en producciones audiovisuales, propuestas como esta son conocidas como pajazos. Ya que yo me mandé con el mío, el tuyo es ampliamente bienvenido: ¿Qué libro latinoamericano debería ser convertido en serie?