Pasajero Viernes, 26 agosto 2016

La fiesta que Fania All Stars empezó hace 45 años (y que no termina todavía)

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Ilustración de Javicho Chinchay Ríos para esta publicación. Su trabajo puede encontrarse en Blackrat

Un día como hoy, hace 45 años, los artistas más reconocidos del sello discográfico Fania se presentaron en el club Cheetah de Nueva York. De allí resultaron una película, Our Latin Thing (Nuestra cosa latina) y los dos volúmenes del álbum Live at the Cheetah. Que el evento (un concierto que pudo haber muerto con la memoria de quienes lo presenciaron) fuera registrado en audio (y especialmente en vídeo) determinó muchas de las cosas que ocurrirían después: la fama, la renovación, el reconocimiento mundial,  la gratitud. 

Es, además, el concierto de la Fania que más me gusta. Creo que es el más honesto de todos, el menos grandilocuente: brutal, modesto, barrial, chonguero. Perfecto.

No tengo, en realidad, más que decir. Esta es la película:

Y estos son los discos (en un solo link):

Y eso es todo: si te enganchaste con la música y el vídeo, buen provecho. Olvídate de lo demás. Lo que sigue son solo pequeñas notas al pie. No olvides que, como dice Pacheco, «son tres de café (y dos de azúcar). Siempre»

Es el concierto más importante de la historia de la salsa

Es mi opinión, por supuesto. Hubo otros conciertos, mejor producidos, con más público o con estrellas de mayor renombre (la propia Fania consiguió, años después, subir en el mismo escenario a Celia Cruz y Maelo Rivera). Están también los precursores, así como los que crecieron en paralelo pero nunca se afiliaron a Fania. Están, finalmente, todos los sucesores, voluntarios y accidentales. Y, sin embargo, insisto: creo que, para la historia de la salsa, este fue el concierto más importante.

Porque, en el caso de Fania, de aquí parte todo lo demás. La fama de sus artistas se disparó, así como la venta de discos y las giras por el mundo (Zaire, Japón, Europa y América Latina, etcétera). Muchos artistas aprovecharon el aventón para experimentar con nuevas propuestas, así como para escarbar en sus tradiciones y reinterpretarlas. La década de oro del sello (que es, a la vez, la década de oro de la salsa) es precisamente esta, y su primer histo es, sin duda, el concierto de Fania All Stars en agosto del 71.    

No es la primera producción en vivo de las Estrellas de Fania

Fania cobró notoriedad absoluta a partir del Chetaah; sin embargo, no fue este el primer concierto que grabaron. Ya antes, en 1968, los músicos y cantantes más conocidos del sello (acompañados de artistas invitados como Richie Ray, Tito Puente y Eddie Palmieri) tocaron en el Red Garter, un bar de Nueva York. De esa presentación resultaron los dos volúmenes de Live at the Red Garter.

Los temas tocados esa noche son todavía más parecidos a los géneros precedentes (boogaloo, jazz, blues y algunos ritmos afrocaribeños) que a lo que luego se conocería como salsa. Es impresionante cómo evoluciona la propuesta creativa, entre 1968 y 1971.  

Dejo dos canciones.

Noche

Cómo me gusta el son

Cheo Feliciano, el regreso

Esa noche en el Cheetah, cuando Johnny Pacheco presentó a sus músicos y cantantes, el artista más aplaudido fue Cheo Feliciano, “el niño mimado de Puerto Rico”. Cheo era ya bastante famoso, y sin duda su talento merecía el cariño del público, pero el caluroso recibimiento también se debía a que el cantante regresaba a Nueva York, a la música, a los escenarios.

En la década anterior, Cheo había alcanzado la fama junto al sexteto de Joe Cuba y a la orquesta de Eddie Palmieri. El ritmo de vida en Nueva York lo había alejado de sus amigos y su familia, así que volvió a Puerto Rico. Allí tocó fondo, según sus propias palabras. A finales de los sesenta, se internó en los Hogares Crea para tratar su adicción a la heroína.

Su regreso estuvo ligado a la figura de Catalino Tite Curet Alonso, el compositor más prolífico que tuvo Fania (y uno de los más importantes de la historia del Caribe). El tema que canta esa noche de 1971, Anacaona, fue escrito por él, así como casi todos los que integran Cheo (1971), su primera producción discográfica como solista.         

Aquí, la magnífica versión del disco:

Héctor Lavoe y Willie Colón no salen lo suficiente

Como esta es mi pareja favorita de la salsa, siempre voy a lamentar que se les viera y escuchara tan poco en las producciones relacionadas al Cheetah. En los discos no se incluye ninguna canción interpretada por ellos (y sí, en cambio, por Pete el Conde, Santos Colón e Ismael Miranda). En Our latin thing, apenas se les ve (mientras que Larry Harlow e Ismael Miranda tocan dos temas). Es más, en la versión editada de Quítate tú que se incluye en la película, no aparece ninguna de las dos participaciones que tuvo Héctor Lavoe en esa canción.

Sobre el ensayo previo al concierto en el Cheetah, Willie Colón diría años más tarde:

Recuerdo que traje una partitura que Héctor y yo habíamos escrito. Y no diré quién lo hizo, pero uno de los tipos la tomó y la arrojó al suelo. No pudimos tocarla, así que yo estaba muy enojado. Pero Jerry [Masucci, empresario fundador de Fania] dijo: “Relájate, Willie, solo toca”. Así que fui y tocamos.   

Es cierto que eran jóvenes y no tenían el peso de otras estrellas, pero ya se habían ganado largamente su lugar. Para 1971, habían producido seis discos juntos, incluyendo los brutales Cosa nuestra (1969) y Asalto navideño (1970). Para hacernos una idea, allí están, entre otras, las canciones Juana Peña, Sonero Mayor, Che che colé, Ausencia, La murga, Esta Navidad y Aires de Navidad.    

En todas sus actividades posteriores, Fania no desaprovechó ninguna oportunidad para lucir a Lavoe (ninguna, literalmente, incluso las peores) y, durante algunos años más, dieron carta libre a Willie para que siguiera explorando (como ocurrió con Rubén Blades), pero la deuda nunca estará pagada.   

Así que, como Héctor y Willie no salen tanto como me hubiera gustado, vamos a aprovechar este post para colocar los dos discos mencionados, así como una presentación en vivo.

Cosa nuestra (1969)

Asalto Navideño (1970)

Presentación en vivo (Panamá, 1973)

Todo pudo ser un desastre

Ese mismo día, las Estrellas de Fania ensayaron en el escenario del Cheetah Club. El resultado fue desalentador. El hermano de Jerry Masucci confesó que sonaron muy mal y que preveía que el concierto sería terrible. Que todos los egos y los talentos convergieran era bastante difícil. El clima era tenso: “Era como un corral de pavorreales”, diría Willie Colón.

Sin embargo, se repusieron. Johnny Pacheco afirmaría que, ya en la noche, “luego de la tercera canción, fue un éxito”. Y lo sigue siendo, todavía y para siempre.***

Fuentes:

Documental: «The Salsa Revolution». País: EE.UU. Idioma: Español

Documental: Historia de la salsa

Documental: ¡Sonó Sonó Tite Curet!

La historia del concierto de Fania All Star en el club Cheetah (LaMula)